Toma mínimo litro y medio de agua diariamente, la saliva protege a los dientes de las bacterias al equilibrar el pH bucal, su ausencia promueve la aparición de la placa bacteriana. 

Cuida tus labios con un protector labial para hidratarlos, especialmente en verano, invierno y cuando practiques actividades deportivas. En el caso de estas últimas, siempre que te ejercites (más si es deporte de contacto) usa un protector dental, es preferible eso a terminar con un diente roto.

Vigila la temperatura de tus alimentos, evita algo muy caliente o frío para que no sufras de hipersensibilidad dental o algo más grave como lesiones en lengua, encías y hasta esófago. 

Si consumes chicle que sea sin azúcar, así promoverás una salivación sana. El cepillado tras comer es lo ideal… pero no inmediatamente, ya que para entonces el pH está disminuido y tarda en recuperar su alcalinidad, espera 30 minutos o esparcirás el ácido que ataca la dentina por doquier, algo contraproducente.

Lo que sí puedes hacer inmediatamente, es masticar un chicle sin azúcar o sólo enjuagar tu boca con agua. Por último, ve al dentista mínimo una vez al año, así que aprovecha y ve agendando tu cita con la Dra. Beatriz Palacios Zúñiga ¡No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy!